En el avión para Chihuahua, al principio, vi solamente el desierto: una grande área de montañas de rocas y casi sin vegetación. Empecé a ver rutas que parecían llegar a nada. El tiempo pasó y varios caminos aparecieron, llegando a pequeñas casas en el medio de... nada. Las rutas se juntaron para formar unas más y más grandes. Pronto, apareció campos en forma redonda y la ciudad.
El avión aterrizó, bajé. Primera impresión: ¡que calor! Y los motores del avión no arregló la situación. Nayiba me recogió en aeropuerto y fuimos a comer un burrito. Para empezar mi estadía aquí, ¡no creo que había mejor inmersión posible! Luego, fuimos a la oficina y Poketo pasó por mi para ir a casa a dejar mis cosas. Después, fuimos a la sesión de Mario donde muchos socios estuvieron para darme la bienvenida. ¡Eso me hizo muy feliz! Conocí a algunos socios durante la Lexology pero ¡que bueno de ver nuevas personas de Hippo!
El siguiente dia tuve la oportunidad de integrarme más a la oficina y conocer a los interns, ¡todos buena onda!
El sábado había un open club. Varios interesados fueron y hicieron la sesión con nosotros. También, tuve una presentación sobre Qué es Hippo para mí. Ya pude ver los resultados de la metodología: por qué fue la primera vez que presenté mi kamishibai entero en japones.
A las 6 pm, fuimos a shirashi, o sea distribuir folletos de los eventos de Chihuahua a los carros esperando el semáforo. En ciudad de Mexico, hacemos Poster Hari: pegamos posters en el metro y metrobús. Pero aquí, en Chihuahua, eso no funciona. Entonces, cuando el semáforo se pone en rojo, nos acercamos a los carros que abren sus ventanas para dar el papel y un poco de información. Tuvimos 400 folletos y rápido terminamos. Distribuir folletos así en Francia casi no existe. Y estuve sorprendido que los carros aceptan tan fácilmente.
Durante la noche, fuimos con mi familia a comer montado. Eso es otra maravilla de Chihuahua. Tienes la posibilidad de escoger lo que quieres echar a tu montado pero un consejo: echa todo y el siguiente dia, no come (lo que no hice).
El domingo fue el último día de la feria de Chihuahua. Fuimos con mis hermanos y los socios. Pude probar varios productos de Chihuahua como la carne seca y una bebida de almendra. También, por primera vez comí nachos. Nos quedamos un poco en un bar para esperar hasta el grande evento de la noche: el concierto de Los Ángeles Azules, ¡¡whouhouhou!! Fue un momento super padre donde intenté bailar pero creo que todavía necesito lecciones... :)
Así fueron mis primeros días en Chihuahua. Estoy muy contento de todo lo que he vivido hasta ahora. Es verdad que todo es muy diferente a Ciudad de Mexico aquí, el calor, la comida, el ritmo de vida... Pero es algo padre y ¡espero continuar aprovechando esta experiencia!
👏🏻👏🏻
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